EL ORDENAMIENTO DEL COSMOS EN LA SOCIEDAD MEXICA
Los mitos más antiguos sobre el origen del cosmos y la creación de la tierra y la vida, están asociados a la concepción de una deidad suprema y dual, cuya concepción es misteriosa, inmersa en la concepción misma del cosmos.
Ometeotl, “señor dual”, “señor y señora de nuestra carne”, “madre de los dioses, padre de los dioses, el dios supremo”. Es esta deidad la responsable del origen del todo y de la puesta marcha del cosmos (León-Portilla, 1978:808).
El inicio de esta conformación del cosmos comenzó con el desdoblamiento de este señor dual, lo que dio origen a 4 hijos, los Tezcaltlipocas “espejos que ahúman” cada uno relacionado con un color y con un rumbo, constituyendo las fuerzas primordiales que pondrán en marcha la historia del mundo, dándole dinamismo al tiempo y a la vida. Uno de estos está asociado o se le identifica como Quetzalcoatl (ídem).
• Tezcaltlipoca rojo:
• Tezcaltlipoca azul: el rumbo a la izquierda del sol, el sur.
• Tezcaltlipoca blanco: el rumbo de la luz, que esta frente a la casa del sol. Asociado a la fertilidad.
• Tezcaltlipoca negro. El del rumbo a la derecha de la ruta del sol, el país de los muertos.
Los cuatro son responsables de la dar cimiento a la tierra y al cielo y de crear y destruir las cuatro edades o soles que preceden al actual sol o edad, el quinto sol (íbid:809).
La creación de nuestra era y las cuatro anteriores se expresa en el mito conocido como El quinto sol, recopilado en el códice Cuahutitlan, en el se explica la sucesión en espiral de cuatro edades, creadas y gobernadas por cada uno de los Tezcaltlipoca, que un afán de prevalecer frente a sus hermanos se transformaron en soles y crearon a los seres humanos para que ellos los adoraran. Sin embargo cada edad o sol fue destruida, por un cataclismo provocado por los otros hermanos (íbid:810).
- Primer sol
Y decían que a los primeros hombres que su dios los hizo, los forjo de ceniza .Esto lo atribuían a Quetzalcoatl, él los hizo, él los invento.
El primer sol fue cimentado, su signo fue 4-agua, se llamo sol de agua.
En el sucedió que todo se lo llevo el agua. Las gentes se convirtieron en peces.
- Segundo sol
Se cimentó luego el segundo sol. Su signo era 4-tigre, se llamaba sol de tigre. En el sucedió que se oprimió el cielo, el sol no seguía su camino. Al llegar el sol al mediodía, luego se hacía de noche y cuando ya se oscurecía, los tigres se comían a las gentes. En este sol vivían los gigantes.
Decían los viejos, que los gigantes así se saludaban: “no se caiga usted, por que quien se cae se cae para siempre”.
- Tercer sol
Se cimentó luego el tercer sol. Su signo era 4-lluvia. Se decía sol de lluvia (de fuego). Sucedió que durante el llovió fuego, los que en él vivían se quemaron. Y durante el llovió también arena. Y decían que en él llovieron las piedrezuelas que vemos, que hirvió la piedra tezontle y que entonces se enrojecieron los peñascos.
- Cuarto sol:
Luego se cimentó el cuarto sol, su signo era 4-viento, se decía el sol de viento. Durante él todo fue llevado por el viento. Todos se volvieron monos. Por los montes se esparcieron, se fueron a vivir a los hombres-mono.
- ¬Quinto sol
El quinto sol, 4-movimiento su signo, se llama sol de movimiento, por que se mueve, sigue su camino. Y como andan diciendo los viejos, en él habrá movimientos de tierra, habrá hambre y así pereceremos.
Esta sucesión de edades se da de forma ascendente y en espiral, originando cada vez formas mejores. Asociado a los seres humanos, también hay una evolución de los alimentos, que si bien no se menciona en este mito, esta descrito en la Historia de los Mexicanos por sus pinturas y viene a ser complemento del mito ya señalado. En este se plantea que el alimento de los hombres de la primera edad eran bellotas de encina. Los de la segunda tiene por alimento el maíz de agua. Los de la tercera el cincocopi “algo muy semejante al maíz”. En la cuarta edad se crea el maíz genuino, descubierto por Quetzalcoatl (ídem).
El nacimiento del quinto sol
Cansados de sus pugnas y las desgracias que esto causaba, los Tezcaltlipocas decidieron poner fin a esto y crear juntos una nueva edad. Se reunieron por 4 días en Teotihuacan y crearon el quinto sol.
Primero, cimentaron de nuevo la tierra. Para ello trajeron a un monstruo, que después se llamaría diosa de la tierra, lleno por todas partes de ojos y de bocas.
Transformándose en serpientes, dos de los Tezcaltlipocas se colocaron en torno al monstruo y lo apretaron hasta partirlo en dos.
Una de sus mitades conformo la superficie de la tierra, la otra la bóveda del cielo. Como forma de compensar este daño, los dioses dispusieron que de ella nacieran todas las cosas. De sus cabellos nacieron los árboles, las flores y las hierbas, de su piel las hierbas, de sus ojos las fuentes y cavernas pequeñas, de sus bocas los ríos y las cuevas muy grandes, de su nariz y sus espaldas las montañas y los valles (íbid:812).
Después de esto procedieron a formar el sol y la luna, reunidos en Teotihuacan, alrededor del fogón divino, estuvieron deliberando sobre quien habría de arrojarse para formar al sol y la luna, finalmente Nanahuatzin se arrojo y se convirtió en el sol, después de él se arrojo Tecuciztecatl y se convirtió en la luna. Ambos aparecieron en el firmamento (ídem).
Sin embargo los astros no se movían, por lo que fue necesario el sacrificio del resto de los dioses. Lo anterior remite al este círculo del don y la retribución, en el que el hombre está en deuda con los dioses y tiene que sacrificarse para retribuirlo, desempeñando en la tierra el papel de los dioses, para preservar así la vida y el movimiento del cosmos y evitar el cataclismo que de fin al sol, al igual que en las edades antiguas (íbid:813).
La creación de los hombres es gracias a Quetzalcoatl, símbolo de la sabiduría divina quien va a la región de los muertos por los huesos de los hombres de las edades anteriores, acompañado por su nahual o especie de doble, desciende al Mictlan o mundo de los muertos, pasando por diversas pruebas puestas por el señor Mictlantecuhtli “señor de la región de los descarnados”. Después de reunir los huesos de los hombres y las mujeres los lleva a Tamoanchan el lugar sagrado, donde se reúnen los dioses, muelen los huesos en un metate precioso y para devolverles la vida, Quetzalcoatl se perfora el miembro con una aguja y deja que su sangre se esparza en ellos, comunicándoles la vida (ídem). Los hombres recibieron entonces el nombre de macehuales “los merecidos”
El sacrificio es nuevamente el origen del movimiento y la vida. Siendo creada la vida a partir del sacrificio de los dioses, que por este acto se ataron al ciclo de la vida y la muerte, su esencia pasó a formar parte de todas las cosas creadas sobre la tierra,
“cada individuo- astro, piedra, vegetal, animal u hombre- es un dios encapsulado en materia pesada, dura, perceptible deteriorable. Cuando se gasta la materia, el individuo desaparece de la superficie del mundo, pero su esencia divina va al Lugar de la Muerte, para esperar allá la oportunidad de brotar de nuevo..... …..su esencia -sustancia divina- se conserva así a lo largo de las generaciones (López Austin, 2008:32).
La concepción del espacio
El universo se extendía de forma horizontal y vertical a partir de un centro en donde todo confluía.
De forma horizontal, se encontraba la superficie de la tierra (tlaltícpac), que es un gran disco que parte del centro del universo y alrededor del cual se encuentra el agua, como un anillo que envuelve al mundo (teo-atl).
La tierra se divide en cuatro grandes rumbos, que van desde el ombligo de la tierra hasta donde las aguas que rodean al mundo se juntan con el cielo.
De forma vertical, el universo se dividía en el arriba y el abajo, en los trece cielos y los nueve pisos inferiores.
En los cinco primeros cielos se encontraban la luna, el sol, las estrellas, venus y los cometas. Luego están los cielos de los varios colores y al final el más allá metafísico, la región de los dioses. Encima de todo, se localiza el Omeyocan “lugar de la dualidad” donde se encuentra el principio dual generador y conservador del movimiento (León-Portilla, 1978:814,815).
Al este de señor dual, se encuentran los demás dioses que en esencia son sus hijos, quienes presiden los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego, y quienes actúan desde los cuatro rumbos, mismos que son capaces de influenciar el tiempo con sus características, habiendo así, en el transcurrir del tiempo, años del rumbo de la luz o años de la región de los muertos, años del rumbo de la casa del sol o años de la zona azul (íbid:815).
Estos tres grandes segmentos, los cielos, la tierra y el espacio subterráneo se encuentran traspasados por el axis mundi, centro del universo y columna por la que se da el flujo de las sustancias opuestas y complementarias. En ocasiones esta columna es representada por una corriente de agua fría que asciende del lugar de la muerte hacia el cielo y choca con una corriente de fuego que desciende de los cielos superiores (López Austin, 2008:33).
Los rumbos
A cada rumbo se le ha atribuido un color y determinados significados aunque estas acepciones no está claramente distinguidas para cada uno, pues se dan entrecruzamientos de un rumbo a otro.
1. Este: Tlapallan “la región roja”. Arriba. Es el punto de partida de los espacios y del tiempo. La región del nacimiento del sol y de Venus, de la resurrección. El rumbo de la juventud, donde los dioses, los astros y el maíz tierno encuentran su juventud. La región del canto, de las fiestas, de la aurora. Localización del Tlalocan, el paraíso terrenal. La región verde (Soustelle,1996:147). Imagen solar y acuático-vegetal. Región de la abundancia, de la riqueza, de las bellas plumas, de la embriaguez (íbid:148). Signo caña acatl. Quetzal. Dioses de los astros: Quetzalcoalt bajos las formas del sol y Venus; dioses del agua y la vegetación: Tlaloc y Centeotl; dios agrícola y solar: Xipe Totec (íbid:163). Viento dulce, tibio y favorable Tlalocayotl “cosa de tlaloc (íbid:157).
2. Norte: Mictlamp “el lado del mictlan”. Negro, a la derecha del sol. La llanura divina lugar de los muertos y de han venido los vivos (íbid:149). La región de la caza y de la guerra. Región negra del frio, de la noche, del invierno, de la aridez y del hambre. El Tezcaltlipoca negro es tenido como el dios del norte que simboliza el cielo nocturno y el viento de la noche (íbid:150). Aquí se extienden los abismos del lugar de los muertos. Signo pedernal. Águila, años dominados por el signo pedernal tecpatl. Dioses nocturnos: Mixcoatl y Tezcaltlipoca (íbid:163). Viento Mictlampa ehecatl “viento del lado del Mictlan” frio e impetuoso que hacia naufragar las canoas (íbid:157).
3. Occidente: Cihuatlampa, “el lado de las mujeres”. Blanco. Abajo. El lugar de las mujeres divinizadas, de la feminidad y la antigüedad, el lugar de la vejez. Signo casa. Región de las tinieblas, junto con el norte (íbid:151). La región de la muerte del sol. A su vez también es el lugar del origen de los hombres. Lugar de tinieblas y de fertilidad. Lugar del alma resucitada, del vuelo del guerrero hacia las alturas. Por eso los sacrificados usaban el plumón blanco como símbolo de su destino dichoso (íbid:162). Colibrí, años con el signo casa calli. Diosas terresteres: Cihuateteo, Quetzalcoatl en su forma de Xolotl o Ehecalt y los dioses del este (íbid:163). Viento Cihuatlampa ehecatl “viento del lado de las mujeres” fresco y húmedo (íbid:157).
4. Sur: Huitzitlampa, “el lado de las espinas”. Azul. A la izquierda del sol (153). Región tropical, tibia y lluviosa. El lado del fuego, el lugar de Huitzilopochtli. Residencia del dios Mictlantecuhtli (íbid:155). Guacamaya y años con el signo conejo tochtli (íbid:164). Viento Huitzilampa ehecatl “viento del lado de las espinas” violento (íbid:157).
5. Centro o axis mundi. Verde. El lugar del cruce de todas las direcciones y de lo alto y lo bajo. Punto de reunión de los mundos extraños. Designado con el símbolo ollin “temblor de tierra”.
La movilidad del cosmos
La esencia divina es dual, formada por dos sustancias opuestas y complementarias que se combinan en los seres en distintas proporciones, una es celeste, superior, luminosa, masculina, seca y caliente; la otra pertenece al inframundo, es inferior, oscura, femenina, húmeda y fría. Entre ambas se realiza una lucha de opuestos, que dinamiza no solo las sustancias sino el universo entero (López Austin, 2008:32).
Se da un ciclo de vida y muerte. A la muerte de un individuo, el cuerpo se destruye, pero la energía divina se libera de su pesada cubierta y viaja hacia el lugar de la muerte, en la base del axis mundi, teniendo que pasas por varias y duras pruebas a través de los 9 infiernos. Estos sufrimientos limpian la energía de su historia individual por lo que al llegar a la parte más profunda y fría, la sustancia ha perdido todo vestigio de su paso por el mundo. Logrado esto, sube como semilla al cielo, donde los dioses supremos la harán descender de nuevo para dar vida a otro individuo (íbid:33)
